Jardines Verticales

Abono en Jardines Verticales: Macronutrientes para tus proyectos

Abono en Jardines Verticales

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El abono para jardines verticales es una versión modificada del que utilizamos en proyectos de suelo, con ciertas restricciones

Una de las cuestiones más complejas del mantenimiento de un jardín vertical es su abono. Para estudiar el abonado, cabe tener en cuenta que el tipo de estructuras que instalamos y cuidamos no son más que una versión tecnificada de las que utilizamos en suelo, pero con limitaciones de profundidad, reserva y movimiento de agua a través de las raíces, relación aire/agua, espacio disponible para raíces y parte aérea, etc.

Por tanto, si los procesos suceden de forma distinta en los jardines verticales, la vegetación y las plantas que los componen han de disfrutar de cuidados más específicos. Y que sean más específicos no quiere decir que sean distintos al mantenimiento que puede realizarse en un jardín convencional, es decir, horizontal; simplemente tenemos que tener en cuenta que el abono en los jardines verticales requiere de una atención y conocimiento especial.

El abono: Los 3 Macronutrientes

El abono es una sustancia (orgánica o inorgánica) que aporta una serie de nutrientes al suelo o substrato para alimentar a las plantas. El abono puede tener múltiples características, dependiendo de los elementos que contenga y del equilibrio entre estos, y por tanto puede aportar a nuestros jardines distintos nutrientes.

Los abonos pueden estar formados por todos o una parte de los macronutrientes y de los micronutrientes que existen para las plantas. En función de su presencia, cantidad y equilibrio entre ellos, el abonado tendrá unos efectos u otros en nuestro jardín, sea vertical o no.

Los principales macronutrientes para una planta son el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio(K). También se consideran macronutrientes el calcio (Ca) y el magnesio (Mg), pero los más importantes son los tres anteriores.

En todos los abonos, los valores de estos tres nutrientes siempre aparecen separados por guiones (-), lo que nos indica el equilibrio entre ellos. En función de cómo estén equilibrados, ese abono será mejor en según qué casos. Sabiendo que, de forma general:

  • El Nitrógeno (N) es el responsable del crecimiento de hojas y tallos verdes;
  • El Fósforo (P) es el responsable del crecimiento radicular; y
  • El Potasio (K) es el responsable del “engorde” de tallos y mejora de la floración.

Macronutrientes para Abono

Podremos saber, con sólo ver cómo está equilibrado el abono, qué estaremos potenciando con su uso. Por ejemplo:

  • Un abono 10-5-5 sería indicado para plantas verdes o para aumentar el volumen de las plantas, haciendo crecer la cantidad de tallos y hojas y su tamaño.
  • Un abono 5-10-5 sería indicado para plantas que tienen un sistema radicular delicado o pobre, o para algunas plantas que en determinadas épocas del año tengan una parada vegetativa o estén iniciando paradas vegetativas (en otoño en la zona mediterránea, por ejemplo).
  • Un abono 5-5-10 sería indicado para potenciar la floración de ciertas especies, mejorar el engorde y refuerzo de las plantas ante una temporada de parada vegetativa o cuando sepamos que las flores pasarán por una climatología más adversa de lo normal (frío, principalmente).
  • Un abono 10-5-10 puede ser idóneo para temporadas en las que nos interese combinar el crecimiento vegetativo junto a la mejora estructural de la planta (mejora de la lignificación) y/o aumento de la cantidad de flores.

Sistemas de abono para jardinería vertical

En cuanto al sistema de abonado, existen tres formas básicas de abonar los jardines verticales:

  • Abono mediante fertirrigación. Existen muchas marcas y sistemas de abonado por fertirrigación. Este sistema consiste en inyectar una cantidad de abono determinado (ml o cc) por cada volumen agua que pasa por la tubería que suministra el agua de riego. El abono utilizado suele ser líquido o, en el caso que sea sólido, hay un proceso previo de disolución de la sal para que pueda ser incorporada al riego.
  • Abono foliar. Consiste en diluir un abono líquido o sólido (preferentemente líquido) en un pulverizador y aplicarlo de forma local o total en la superficie del jardín. Es necesario que este tipo de abonado se aplique durante las horas donde el sol no dé directamente al jardín, a las plantas que tengan buena superficie de absorción, y teniendo cuidado con las manchas u otros efectos estéticos negativos que pueda producir en hojas y flores si estas son sensibles y/o la calidad del agua no es buena, con demasiadas sales.
  • Abono de liberación lenta. Se trata del abonado más complejo de controlar, con diferencia. Este tipo de abono generalmente está fabricado para que libere de forma progresiva sus nutrientes durante un largo periodo de tiempo, a una temperatura media de 25º, y con presencia de humedad. Debido a que muchas veces no podemos controlar la temperatura y/o la humedad, suele ser difícil utilizar este tipo de abono en jardines verticales.

En Verdtical, como profesionales de la Bioconstrucción, preferimos trabajar con abonados mediante fertirrigación y, en determinados casos, con abonados foliares. También es cierto que en función del jardín, tipo de plantas utilizadas, orientación, corrientes de aire, luz o la calidad del agua, habrá que tomar decisiones diferentes.

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